Una vida que pude otorgarle un sentido: ¡Amarte!
Quizás sea momento de creer nuevamente. Un racimo claro de luz
Se presentó en mi ventana. Es calor, fuego, es fuego, me quemo
Por dentro, por ti. En mi corazón vacío dejé de verter pasión, en mis cipreses
Que adornan el paisaje de mi experiencia. Sentí, nuevamente, joven,
Lleno de vida, de gozar. El diablo está en mí, nuevamente
Pude performancearlo. Pronto entendí que era una parte de un camino
Más largo en una consecución de libertad. Atado a mi cuerpo, mi dolor
Se acabó como a la manera que también acaba el amor.
Y, sin embargo, me dejo caer en mi salto de fe, por revolución, por
Reconstitución, por liberación, por sentir como no sentí con nada más,
Con nadie más. Miro al horizonte, a manera de repetición veo el mismo
Concepto, el claro de luna que en mí es igual a amar. Es que uno puede caer muy
Fácilmente en la reconstitución de uno mismo. Me enseñas, me ves,
Me abrazas, me acaricias, me amas de verdad, de forma parresíastica,
Contra tu constitución y la ideología dominante. Pero así lo hago yo, de
La misma manera te siento, te veo, te abrazo, te beso, te amo, te amo.
Me dejo caer en ti, en tu hermoso pecho, en tus piernas fuertes, en ti.
Por ti, para ti, reconstruí toda mi vida, regrese de la muerte y seguí.
A pesar de todo lo que siento, del odio y el enojo, de un miedo que me
Ata, el desbordarme de tu nombre, Mar, como el oleaje, calmo pero a la vez
Eterno, Voraz. Quizás escribí por amor antes, es verdad. Tal vez son algunas
Reminiscencias que me dicen: “Sí escribí antes”, pero, en el hilo de las palabras
Que de palabras se desplegaron de mis dedos, ninguna combinación
Metafórica posible, fue similar a lo que siento hoy.
Dioniso, vino, hacer el amor después de fumar, una cerveza, mi cuerpo
Pérfido desnudo, descuidado, pero listo para lucirse como en sus mejores
Tiempos, Es lo que siempre mi poesía dijo, un recuerdo que me expresa
Melancólico, ahora, es un presente, una experiencia que capto en amarte.
Es diferente en mi poesía, en mi entendimiento, en mi sentir el cuerpo,
La vida y el amor. Quizás soy oscuridad y ella también, como negro,
Muerte, desesperanza, tristeza, melancolía, pero somos el uno para
El otro. Nos amamos, nos sentimos, sensibles a nuestra pensar y sentir.
Nos fundimos y nació mal, soy lo peor. Pero en ti soy, soy tuyo. En el acto
De enunciarte te elevo en mi corazón, te amo en el discurso, te enuncio y
Entonces sea hace todo factible. Con estas palabras te amo, te desnudo,
Te pienso, te chupo los pechos y tus nalgas, las muerdo, muerdo tu cuello,
Te ahorco mientras entro en ti, tú en mí, me fundo, me hago tuyo, me quiero
Hacer tuyo y eres mía, quieres ser mía. Así, aquí, en estas letras, te hago el amor,
Te amo por toda la vida, hasta una vida hipotética de nosotros dos viejos, juntos,
Vivos, como hoy, como siempre a partir de ahora. ¡Vivos!
El sufrimiento de ambos se acabó. Soy tu compañero, tu amante, tu cómplice.
Nunca sentí antes que lo simbólico dejara de tener sentido. Es decir, nuestro
Amor es resignificativo, reconstrucción. Cada concepto dejó de ser consecuente
En la red. Ahora sólo existe la práctica diaria de amarte, de fundirme en ti. Me vuelvo
Loco con tan sólo pensarte, te miro mientras miras al mundo, me río cuando te ríes
De mis juegos y de mi estupidez. Tus ojos grandes que me miran con lujuria, con
Pasión. Tu sonrisa que deja entre ver tus dientes formarse en una hermosa sonrisa.
Tu silueta, tu forma de caminar, de ser distraída. Tu cabello ondulado.
Amo todo de ti. Quizás, al repensarme, veo que nunca escribí por amor, nunca
enuncié como hoy algo que pudiese ser factible.
Amar, amarte, amarnos. En toda representación posible, en todo acto enunciativo.
Nuestro amor no es descriptivo, es potencia. Así, me aviento de la atalaya institucional
hacia el vacío de una vida a la cual, pude otorgarle un sentido: amar.
A una vida que pude otorgarle sentido: ¡Amarte!
Comentarios
Publicar un comentario