La última gota de la sangre de Cristo ahora está en mi estómago.

 Últimamente me di cuenta que hay más personas expresando

A través de la escritura lo que sienten. No pude evitar acordarme 

De aquellas veces donde este espacio era el de un “escape”. Así,

De esta manera me fui “haciendo”, repensando todo lo que viví,

Recuperando herramientas que me facilitaran ser. Me conecté con

Múltiples experiencias al intentar crearme. Duro es entender que no

Hubo nunca “un algo” que crear, sino todo fue, desde el principio de

Mi condonación, un constante acto. Tarde entendí que uno puede ser 

performático. Tampoco creo que uno pueda dominar sobre tal techne. 

En fin, me siento vivo, es decir, me siento muerto por dentro como otras

Tantas noches, perdido en mí mismo, alcoholizado, aterrorizado, melancólico,

Pero, de cierta manera, me siento vivo. Creo que aprendí a disfrutar de mi vida,

De todas las sumas de dolor, penas y alegrías que he experimentado. 


Aprendí a seguir después de que todo fuera oscuridad, aprendí a tener

En mis ojos dos lamparas que nunca me abandonaron, aprendí a 

Ejercitar dos piernas fuertes, brazos robustos y mi corazón. Aprendí a dejar

De tener miedo… no, me retracto, aprendí a tener miedo. En resumen, 

En estos años aprendí a lidiar con el mundo. Quizás parezca que uno puede

O, es más, se exige que uno aprenda a lidiar con  “las cosas”, otra forma de decirle

A la contingencia. Pero, ¿cómo puede lidiar uno con algo de lo cual no se conoce

Última causa? Poco a poco, aprendo a lidiar con la nada de esta vida. Es verdad,

Estoy envejeciendo. Mis pasiones juveniles expulsadas en forma del diablo o del 

Más indigno de los humanos, ahora son; es decir, ahora es cuando más cerca

Estoy de ser aquel indigno que algún día, fue para mí, figura representativa 

De la imagen que quería alcanzar.  ¡Lo logré!


Pensar que la pena del éxito es más pesada que la del fracaso. Un sorbo de mi 

Botella de vino, una fumada del bong. Pensamiento binario moderno que 

Me obliga a pensar o en X o en Y. Pero, si en realidad la figura inalcanzable que

Busqué no fue ninguna de las que enuncié como búsqueda. El no ser, no estar,

Obligado a permanecer en trance por saberse en guerra ideológica. Ahora me siento

A escribir, como otras tantas noches, pero ya no soy el mismo. Hace algunos

Días discutí sobre lo que es tener un “prime time”, así lo enunciamos, en inglés.

Le dije que son relaciones imaginarias porque un momento puede ser peor que otro,

O puede ser mejor. Lo real es que este momento es difícil, no logro lo que me 

Propongo, por ello, a veces, quizás, mi constitución cristiana culpabiliza a los

Excesos. Pero justamente, ahora veo con mayor claridad, los excesos no

Son la respuesta, sino el equilibrio. Quizás Nietzsche estaría decepcionado de mí, 

Pero a través del exceso no encontré respuesta alguna. Ahora veo otra vez la

Posibilidad del fallo.


En fin, me siento agotado, regordete, hinchado, cansado, mi cuerpo no quiere moverse,

Tiene miedo de sentir. Pienso todos los días, a todas horas el tocarme con cierto

Placer pero parece que mi libido murió. En principio culpabilicé a mi pérfido cuerpo,

Porque así nunca me sentí yo mismo, no me sentí cómodo para estar en este mundo.

Ahora creo que no es así, en realidad, son elementos interconexos. Así como lidié conmigo

Mismo, cuando acepté mi constitución masculina y las agresiones que hice, de esta manera,

Así, ahora, veo las agresiones de las que fui sujeto. Recuerdo el miedo de sentirme a tu lado,

Recuerdo la felicidad que me provocaba un abrazo tuyo, una sonrisa o un mensaje

Que me diera cierta esperanza de vida. Tenía un hogar, adonde ir, a quién amar. Pero no

Era yo, no me amaba, no estaba aquí. Un día dijiste que no entendías nada de mí, como

Si no estuviera aquí. Recuerdo muy bien esa plática porque me dijiste sobre tu talento

Especial como curandera. Siempre creí en tu talento, siempre creí en ti. Nada que viniera

De ti lo asocié a maldad o a daño. Pero he de confesar que tu cuerpo me lastimó,

Que tus acciones volubles, tus miradas de odio, tu constante ajetreo y enojo hacia 

Mí por ser, me lastimaron. Aún no entiendo por qué no puedo disfrutar de mi cuerpo,

Volteé mis ojos hacia nuestra relación. Recuerdo el miedo de escucharte decir “hagamos

El amor”. Si tan sólo hubieses estado en mi lugar por una vez entenderías el terror 

Que me causaba tocarte. Quizás fue un trauma por verte tan mal después del aborto, 

Quizás ese día cerré mi corazón y no permití que ni yo mismo lo volviera a ver.


¡Qué lástima! Cuando me conociste estaba lleno de pasión, de amor, de 

Sensaciones, de exceso. No entiendo aún en complejidad si mi vida fue consumir

Un cuerpo o vivir una experiencia completa. Aún así, siempre di todo de mí a quien

Amara, aunque por un momento. A pesar de la distancia, del tiempo, de las innumerables 

Situaciones, a pesar de ello, te recuerdo con amor. Pero, ¿por qué siempre fui lo peor?

Es cierto, acepté mis problemas, los traté de solucionar, lo hice. ¿Por qué tú no? 

No todo fue mi responsabilidad.


Ahora, no me queda más que lo que fui, lo que soy no me gusta. Me siento horrible,

Destruido, descuidado. No me siento yo, pero soy yo. Sólo me queda construirme, como

Muchas otras veces antes de ti lo hice. Apenas hoy entendí que no sólo puedo construirme

En un eje, sino que debe ser necesariamente un proceso, por decirlo de alguna manera,

holístico, sólo me queda la pobre voluntad que años atrás me ayudó a intentar conseguir

Un sueño que fracasó de forma rotunda. Es lo mejor que tengo, un sueño que fracasó. 

Pero es la mejor enseñanza que pude hacerme a mí mismo. Pararme, sentirme, planearme,

hacerme. La voluntad comenzó con creer en mí, así lo hice y fue el intento más noble de

Ser algo. Sí, es verdad, fracasé, pero no caí como un idiota, si no esforzándome hasta no más

poder. Tarde entendí que mi posición estructural dentro de la sociedad

Ya, de cierta manera, decidió por mí mi destino. Aún así, me niego a aceptarlo, me niego

A ser derrotado. Me he de parar nuevamente, sonreír, con mi dentadura completa, sentir

Un bello cuerpo que me guste, que haya trabajado, ser feliz con un beso o con un abrazo,

Sentir el calor humano. 


Sentir.

El calor.

Humano.


Sin nada más que yo, las prácticas de uno mismo siempre estuvieron ligadas a mí constitución, eso quiere decir que el creer en mí no es un elemento previo para

La voluntad, sino el creer en mí era de antemano una práctica de sí. Faltan elementos,

Pero poco a poco, encuentro aquellos dentro de las experiencias que viví post "nosotros". 

El trino del diablo suena fuerte, mis lágrimas caen, mi fuerza se evapora, mis adicciones

Crecen, mi peso se dispara y regresa, mis piernas me duelen, la vida se me va, se me va

Sin sentirla realmente, sólo pienso, pero no la siento como antes. Lo que mejor

Logró nuestra relación fue quitarme las ganas de sentir. 


Pero, otra vez, llegaré al momento donde mi cuerpo y mi mente se conjunten,

Donde me sienta bien, donde disfrute. O quizás no, quizás mañana muera,

Quizás mañana sufra, quizás mañana ya no esté. 


El tratado de la voluntad no sólo es escrito, es en forma performático. 

Veme.

Ve.



Mi nueva vida comienza. Una vida sin ti. Una vida sin mí. Pero, una vida que valdrá 

La pena vivir. 


Cree en ti mismo, no en el yo que cree en ti, sino, realmente, cree en ti.



Cree en ti.


Cree.

En.

TI.


Mira, Dios, es el acto de la voluntad. Contesta por qué entonces no

estás. Por qué. Muero en un sin fin de preguntas. Las respuestas

Se escaparon de mi entendimiento.



Cada vez que veo un marginado, cada vez que veo a alguien que la

Sociedad desprecia, siento un aprecio hacia esa persona, lo siento

Cercano de mí porque así me sentí toda mi vida. No siempre, sin embargo,

Fue por jugar a ser El Perro. Primero fue por su moral estúpida, primero fue

Por su incomprensión. Pero no me importa, vean en lo que me convertí.

El peor de los marginados, el más indigno, el que con múltiples máscaras

Vive este mundo para tratar de evitar el dolor de estar juntos a ustedes. 

Pero, que en realidad, sentado en su habitación, a las 7:54 a.m., es

El diablo entre sonidos de violín expresados a través de una bocina

Vieja y descuidada. El diablo. El diablo. El diablo. No. No. No.

Soy algo más, ni siquiera la figura del diablo puede entender mi

melancolía. Pero, esta figura no es la contraposición de Dios. Esta

Figura es meramente un ser humano. 


Un ser.

Humano.

No soy.

No soy yo.


Tampoco soy un indigno, porque es una palabra con una carga semántica 

Débil. Yo soy lo peor, soy la oscuridad, soy la luz, soy los matices, soy todos

Y, a la vez, no soy nadie. Siento mi sangre correr, como si un río se tratase,

Mi aire extinguirse entre tus piernas, mi cuerpo desintegrarse en tus recuerdos.

Una palma tocó mi hombro, no volteé, Satanás. Ahora estás lejos de mi cuerpo.

Ahora.

Lejos.

Mi.

Cuerpo.


Todo el dolor que me consume. No puedo seguir, el trino se acaba, no puedo

Seguir, la botella derramó su última gota.


¿Creo en mí?


La última gota de la sangre de Cristo ahora está en mi estómago.


Fin.

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