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Mostrando entradas de junio, 2017

Por el infierno sí.

Cuando uno sueña por amor pierde parte de su credibilidad como ser humano, el alma se enferma por cada parte del miedo que recorre nuestro cuerpo. Nuestra mente debilitada por el color de unos ojos o el aroma de un cabello. Luego,   nosotros mismos como personas, como parte intrínseca de alguien o algo. Siempre el esperar algo a cambio por lo que uno da, por lo que uno lucha. El amar es un arte. Aunque es un arte trivial, dado que cada arte para ser   perfeccionado requiere de técnica, de sensibilidad, de talento, de pureza, de pasión, de ganas, de inyectar vida, de morir mil veces, de creer y de   confiar, de sentir. En ese sentido, el arte no es una buena comparación para el amor. ¿Qué es amar? Amar debería ser no lo que es. Debería ser libre de las ataduras de nuestros conceptos y de nuestras debilidades, de la mente, del alma. El que se presuponga que amar se tiene que dominar como un arte, quiere decir que el amor que nosotros los s...

Dejé de escribir

No voy a escribir más. Dejé de pensar en las cosas que amaba, las que me llamaron la atención, por lo que fui feliz, en algún momento. Las tristezas del pasado me comieron y no dejaron que disfrutara mi presente. Siempre corro tratando de alcanzar el tren que me lleve a una luz que no sea una ilusión de mi pensamiento. Es esencial entender que los seres humanos son así. En ese sentido, yo siempre me sentí un extraterrestre, no un ser humano. Nunca tuve la empatía suficiente para mirar hacia los ojos de una ilusión amorosa. Para mí, el amor transitó como si no existiese; muchas personas hablaban de que el amor es aquello que uno necesita para vivir. Pero, nunca necesite de amor. De aquí uno se puede preguntar: ¿Qué es amar? El amar, pensé, es dar una parte primordial de tu ser pero, para los seres humanos una parte del ser, es, el ser mismo en su totalidad. Y, por esta causa, los seres humanos no aman. No estamos seguros de lo qué es la totalidad. Sin embargo, para mí, amar siempre ...

Pensar

Cuando pienso en las circunstancias que envuelven mi vida no sé qué responder. Porque si, la mayoría de las veces las planteo como cuestionamientos. Después, me identifico y me convierto en preguntas eternas. Así también me pasa con la mayoría de los lugares que visito, los cuales siempre tienen una historia que decirme pero que no está ahí, en ese momento. Es algo que debe ser preguntado, pensaba. Me equivoqué. Yo sentí en el momento que el infierno me regresó las esperanzas de vivir. De vivir libre en las teclas de un piano o en las cuerdas de un bajo. Y, me hice música cuando escuchaba reír y llorar, cuando alguien me abrazaba, cuando alguien me besaba. Entonces, de esa forma pude conocer las miles de historias que nos envuelven a cada uno de nosotros. Bailaba la verdad en todas las formas posibles y mis movimientos se cruzaban con los ojos de un verdugo que me envolvía en un trance aún mayor, más sensitivo y más enérgico. Si bien me ayudé con vicios que no pertenecían a mí, aqu...

¡Algún día soñé!

Algún día soñé que algo me podría salvar. Después diez gramos de dolor me consumieron   entre sus párpados, pestañeando un sinfín.   Luego, vino la calma, la oscuridad, letras   irresponsables que creí tontamente.   Quizás, vino esa luz que solamente un hilo   de miles de caracteres, de ideas, de sueños,   hacen que nos convirtamos en párrafos. Ni el dolor hizo que el diablo se fuera de mi cuerpo.   Ni siquiera el viento me llevó tan lejos como un poema de Huerta.   El mar no tuvo el poderío que narran los viejos en sus historias. Pero sí lo tuvo el amor, el que Italo narra de Cósimo hacia Viola.   Bovary se metió dentro de mí, como si fuera un espectro.   Por ello quise ser doctor -amante, también; quise vivir hace doscientos años.   Luego, el vicio de la botella que nos retorcía entre calmantes instantáneos culminó en tristes y malditos recuerdos. Tú transformándote en muerte al grito de un...