El sileno que soy, el poeta devengo.
Sigo aguantando, el dolor no parece detenerse,
Sigo aquí, sintiendo, sintiéndome atormentado.
Me dicen, tu reacción al sentir un trauma del pasado
Te anestesia. Tu condición actual te delata. Y, es verdad,
Para los ojos ingenuos, es cierto. Pero no son de aquel
Que me delata sino de mí mismo, quien no entendió.
¿A eso se refiere Tarquino?
Lo que no saben es que me divierto, lo mantengo
Oculto, soy un mal poeta que no puede hacer
Público lo que piensa, lo hace y dice. Soy cobarde.
Pero hoy canto, afirmo que eso soy, un mal poeta que
Canta que se divierte con su estado decadente, con su
Estado aparentemente decadente.
¿No Nietzsche advirtió sobre la lectura pesimista de la vida?
Pero yo siento, quizás no fui claro. Soy muchas cosas, quiero
Ser muchas cosas. Pero me gusta pensarme como poeta.
Quiero ser mujer, sentirme como una, quiero erotizarme así,
Sintiendo el deseo de otro cuerpo en mí, me excita pensarlo.
Pero también estoy cansado de otro cuerpo, de un sentirme así
Cuando en realidad, yo disfruto, de ese aparente estado
Yo me divierto, no vulgarmente como un bufón medieval,
Sino como un Sileno, del cual mantengo mi continuidad
Y, hoy día, presumirme como un dionisíaco.
La poesía es posibilidad, la filosofía limita.
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