Te amo, Mar inmenso, Voraz, eterno.

 Alguna vez escribí que no sería

Posible escribir más por amor. 

El amor extinguido entre nuestros

Sexos géneros, el amor romántico

Y la heterosexualidad. Un amo,

En un lugar de “un amor”. 


Lo contradictorio de la vida, suele

Aparecer en la locura, es decir,

Nos parece contradictorio pero

Es algo con lo que el filósofo

Define límites de realidad. Un poco

De poeta tuve en anteriores años,

Alguien que siente cuando escribe, 

Llora al escuchar una canción triste,

Balbucea frases de filósofos, diálogos de

Cine, de vida, de experiencia. La misma

Cantaleta otra vez. Parece el mismo amor.


Ahora entiendo que la locura, este sentimiento

Que me alejó de todo el mundo, muy mío,

Mi locura, con dolor, tristezas, llanto, un par

De noches emborrachado, besándome en el

Exceso de mi vida. Así como viví, las personas

Me dieron su espalda, cuando ahora no soy todo

Ese poeta que algún día fui. Extraño esos momentos,

Cuando escribía y mi suelo era escribir, lo hacía con suma

Inocencia, pero con coraje y voluntad que adquirí en la ética

De vida japonesa. Así, siempre muy necio para ser poeta, muy 

Loco a la vez, sintiendo, poesía, Dioniso, el diablo, yo...


Mi escritura y yo no nos conocemos más, soy uno cuando

Hablo con los demás y uno cuando escribo. No es algún truco

Barato sofista, simplemente me duele seguir vivo. He dicho en

Muchas ocasiones que debí morir como Caicedo. Aposté mi 

Gran ficha, aquí sigo, sin poesía y sin nada, en realidad. 

Me dicen que soy demasiado duro, duro por qué, simplemente

Soy exigente. Es diferente. No es esto un poema sobre definiciones.

Es un poema sobre amor.


Amor que te tengo, mi amor. Amor que siento por ti. Quizás

Sí puedo escribir al amor, a mi amor. El amor que siempre tuve

Incesantemente en mi corazón haciéndome palpitar, sentirme vivo,

Decir que la vida valía la pena y la máxima sobre lo peor que nos pudo

Haber pasado, no era una certeza. Un entrecruce es mi poesía,

Del amor y la locura, lo no categorizable por ninguna 

de sus ciencias, ninguno de sus dogmas. Mi amor, tu cuerpo, 

Tus cabellos, tu forma de caminar, tus manos que hacen música, 

tus besos. Mis labios en tus labios. Mis ojos observando 

lo que no puedo ser capaz de entender, tu sonrisa, 

tu gemidos imitando una niña pequeña o aquellos

Llenos de placer. 

Nunca sentí, entonces, debe ser eso, lo que es 

Escribir por amor.

Nunca conocí el amor.

Nunca sentí lo que siento hoy.

Por ti.


Quizás aquél Poeta está muerto, pero yo sigo aquí, apostando

La gran ficha, mi ficha del amar, del amor, del amarte. 


Te amo, Mar inmenso, Voraz, eterno. 

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