Lo mejor que me pudo pasar en este mundo es nunca nacer, lo segundo mejor, morir pronto.
Últimamente no entiendo el mundo, las situaciones alrededor de mí
Me traspasan sin que yo puede darme un respiro. A veces, entiendo
Mejor aquél supuesto sobre que lo inductivo no se sigue necesariamente.
Mi prosa es ahora utilizada para una jerga “científica”, así como mis poemas
Y mi vida intentan entenderse en las ideas de tales obras que leí. A pesar de
Que busco un sentido no encuentro ninguno. Algunas personas me dicen
Que mientras vea algo tangible, entonces, debo seguir la corriente, la cual,
Para mí, parece más una estruendosa vorágine de agua golpeando mi
Corazón y alma. ¡Sí!, a pesar de querer de dejar de ser cristiano, siempre
Le pido a Dios por el alma que le entregué al diablo el día que nací.
Ése fue el primer error que cometí: nacer. Creo firmemente que nacer
Es el primer mal, donde Dios me juzgó por ver en el “ser” en quien me
convertiría. A pesar de creer que le vendí mi alma al señor del mal, ésta
Estaba ya destinada a sufrir un infierno en la tierra. Poco tiempo hizo falta
Para que supiera que soy un bastardo, es decir, no tengo padre que me
Reconozca; sólo estoy soy mi madre y yo. Como escribí muchas otras
ocasiones, a toda persona que amé, o las alejé de mi por el progreso o
Están muertas. Poco tiempo hizo falta para que me dejara saber esta
Sociedad que soy indigno y, a pesar de todos mis esfuerzos, siempre
Seguí por ese camino. Soy juzgado duramente por nacer, por no tener
Padre, por aprender la techne de sobrevivir.
Fui educado por burgueses, a su imagen y semejanza, pero poco tiempo
Hizo falta para que entendiera que aquél no es mi lugar. Un poco de lluvia
Y una orden fue suficiente para que me diera cuenta que no soy de ellos
Pero tampoco de aquellos a quien pertenezco. Quizás ése fue mi tercer
error: no saber mi lugar. Pero pronto entendí que debía salir en búsqueda
De mí mismo, para encontrar un lugar donde, por una vez, pudiese ser feliz.
Encontré el amor varias veces y, a pesar de no permitirme no amar, llegó un
Momento de duda al estar junto a alguien. Mi siguiente error fue constituirme
Como “ser”. Pero, tampoco es que dependiera de mí. Es ahí donde me perdí
Porque pronto entendí que mi yo, era más bien, múltiples yo. Aún así, cada uno
De ellos, reproducen un patrón: el de llorar noche tras noche porque aquellos
A quien amo no están junto a mí. ¡Estoy solo! Pero así estuve siempre.
Mi siguiente error, quizás, fue amar. Enamorarme de ti, mi amor. Dejar que
Entraras hondo, hasta lo más profundo de mis tinieblas. Aún recuerdo nuestro
Primer encuentro, nuestro primer beso, nuestra primera vez que nos dijimos
Te amo. Te extraño tanto. Sé que hice miles de cosas que reprodujeron mi
Constitución masculina y, así, abogué por mi “no unidad”, así cambié todo para
Que estuviéramos juntos, así me convertí en un marido que apoyó a su esposa,
Que se comprometió con su época y las demandas legitimas de libertad. Yo,
También quiero ser libre. Te amé como persona, no como mujer, quizás eso
Expliqué que no quisiera tocarte, que nunca más me gustara hacer el amor
contigo. Aún así, espero que sepas siempre que, tú, para mí, fuiste todo. De
Esa manera te amaré, hasta que tu recuerdo del último aliento se extinga en
El susurro de una amante que lleve consigo, en el viento, otro te amo. En el
Momento que para siempre olvide tu apodo cursi y la manera en que ti vi mientras
Actuabas tu ser.
Últimamente no me siento bien, la vida se me escapa, regresé a tomar, fumar e
inahalar, tratando de entender por qué todo aquello que planeé para mi vida está
Enterrado entre la oscuridad de una tierra manchada de sangre, de agua contaminada
Con odio, de familiares deseándome la muerte, de peleas absurdas. El mundo
Se me escapa, se me escapa a cada paso, a cada aliento, en cada palabra, el mundo
Deja de estar aquí. Me siento a lo orilla de mi cama para escribirte, para recordar que
Tiene diez años que Helen se fue al gran azul y, con más ganas, cada día más quiero
Irme de este mundo. En realidad, nada vale la pena. Entiendo poco para tratar de salir
De esto, pero lo suficiente como para querer matarme. Ahora entiendo por qué el suicidio
Es una decisión de valientes. ¿Qué tiene de especial vivir? Sólo veo decadencia, a pesar
De mi voluntad por darle un giro a mi constitución, cada día, otro día más, veo dolor, siento
Dolor. ¡El infierno es éste! El infierno soy yo, mis múltiples yo, porque si algo los caracterizan,
Es precisamente el dolor que cada uno de ellos sintió.
Quizás mi máximo error no fue nacer, sino querer vivir con todas las ganas que un joven
De Latinoamérica piensa que tiene. Antes de nacer me quitaron todo, fui visto como un
Número mientras me hacían pensar que era alguien ¡especial! Pero entiendo que no soy
nadie, sólo otro número que se constituyó como ser, que intenta liberarse de las garras de
Ustedes y su maldito progreso. Aún así, vivo. Viviré porque el día que me levante al gran azul
Será el día que explote, como una bomba, en busca de justicia, del tiempo perdido que tengo
En estos días, semanas, años de vida. Mi error fue buscar libertad sin saber que lo que encontraría era sometimiento. Pero, a pesar de eso sentí, sentí como sus grande exponentes
estéticos, aunque sea nadie, aunque mi pobre lenguaje no me permita más. Así sentí, así siento. Por eso me dije a mí mismo que sería poeta, porque siento. A todos aquellos que se fueron los recuerdo y los siento siempre, hasta el último día que pueda escribir de ellos. Están
En mi discurso. Así los inmortalizo, junto a mí.
Ayer te extrañé más que siempre. Me dije a mí mismo que ibas a regresar, pero aún sigo esperando a ese Yo, aquél, a quien el dolor le era un motivo no de agonía sino de gozo.
Quizás sí fui un Sileno, un Dios mitológico que buscó perderse
Entre las garras del amor y de la libertad.
Así, deseo que muera Dios, que muera el diablo.
Deseo morir porque no encuentro un horizonte,
Como ustedes prometieron,
Adonde volver mi vista
Donde los pájaros
Canten
Donde
Yo
Pueda
Ir
Quizás nunca curaré mi ser de esta melancolía.
Pero, al menos, quiero ser libre.
Quizás mi máximo error es seguir viviendo.
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