La revolución del proletariado
Ahora sólo me queda la soledad, el recuerdo de
Mejores tiempos, de ti, de mí juntos. Pero lo mejor
De esta soledad no es tu ausencia, ni extrañarte,
Sino recordar quiénes fui, mis yo divididos, no como
Un ente unido. Mis yo tienen algo en común, clamaron
Revolución. Recuerdo que desde que tenía 15 años
Grité pasionalmente mientras llovía. Yo me paré en
Ese instante debajo del cielo y grité, me gusta gritar.
Gritaba un A, luego lo dejaba sostenido para jugar
Con la emoción de él.
Esos significantes tenían como significado ser revolucionarios.
Grité que estaría ahí el día que todo se fuera lejos, que
Se acabara el mundo como lo conocías, que intentaría
Llegar a ese lugar de libertad, pero estaba lejos.
Ahora me doy cuenta que estoy más lejos aún, me hago
Viejo, el mundo que juré nunca me consumiría me consumió.
Me enterró con sus garras en la tierra que ellos privatizaron.
Los maldigo porque si envejezco es que creo en su noción
De tiempo. Estoy constituido como una persona que pertenece
A este lugar, con ustedes, malditos.
Pero yo soy el más maldito, el que más odia, al que más le
Quitaron. Me dejaron vivo y van a pagar. Siempre estaré ahí
Para que no se le olvidé al mundo que nos matan por seguir
En el poder. Por eso quise ser libre, por eso hice todo lo que
Llevo. Y no importó nada, me enterraron pero nunca callaré.
No importa cuanto sufra, cuanto recuerde, cuanto añore,
No importa que no tenga nada, que no haga nada, que
Nadie me ame más o que yo vuelva amar. Siempre desmontaré
Las mentiras que me dijeron, que me constituyeron por dentro.
Cambié, sufrí, regresé.
Ahora, es el tiempo de la revolución, no la de los burgueses, sino
La del pueblo, la de mi madre trabajadora por ganar para mantenerme,
De mí por mantener a mi esposa que perdí. Soy un maldito, me
Constituyeron como un macho, como hombre, como mujer, como
Lo peor, pero les tengo la noticia: nunca más habrá para mi género.
Destruiré todo en lo que creyeron y aún cien años después de mi muerte
Estaré aquí para recordarles que: la amé con un amor no colonizado y
Que soy libre. Que tengo dos piernas fuertes, dos brazos fuertes, dos
Pulmones que respiran lejos.
La revolución del proletariado regresó.
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