A-Diós
No recuerdo más tu presencia, pero siento que estás aquí,
Te veo de día, de noche, mientras duermo o cuando estoy
despierto. Sigues en mí. Estoy consciente del daño que nos
hicimos, de las peleas por tonterías que nunca dejamos de tener.
Te extraño. Así es la única manera en cómo puedo sentirme.
Estoy triste porque no estás aquí, pero ya ni siquiera estoy
Destrozado. Ésta es una sensación que se da en el momento
De agonía más álgido; después de ello, nada hay más que vacío.
Ahora que no estás veo tus errores de mejor manera, pero veo más
Los míos. Sé ahora cómo soy, la potencia viril que es el mandato
De constitución masculina que intenté demostrar a lo largo de mi vida.
Ahora ya no creo, entonces, en el diablo, no creo en Fausto, no creo
En la modernidad. No creo porque sin saberlo practiqué en mi vida
El privilegio de ser-hombre. Mi poesía está cargada de experiencia
subjetiva, claro, pero es el vivo recuerdo de mi ser-masculino.
A pesar de todo, no sé si realmente estoy constituido así, suena
Demasiado binario. Quizás soy ambas constituciones. Eso debe
Ser. El punto es que sé desde dónde y por qué te hice daño, también
Sé cómo tú me hiciste daño. Aún así te extraño, pienso, añoro que tú
Estés- aquí. Que estemos juntos intentando recordar nuestros mejores
Momentos y pensar que podemos, si es juntos, llegar a otros mejores.
La relación que tuvimos fue dura, tú fuiste muy dura conmigo. Yo no
Soy una persona que disfrute despertar temprano, ir a trabajar para
Después añorar regresar a casa, donde tú habrás llegado de tu trabajo.
Donde juntos esperaremos el uno por el otro, donde cenáremos, veremos
Películas o hablaremos de lecturas o, quizás más sencillo, de la vida
Diaria: caótica, cotidiana. Quizás le habremos encontrado algún sentido
Y no huiríamos esta vez de lo que es inevitable huir.
Di todo de mí esperando que tú me dieras lo que daba. Diste de tu parte
Lo que pudiste, aunque en aquel momento no pudiera verlo. Lo que uno
Puede dar es todo de uno mismo. Contigo dejé de ser poeta, es cierto,
Dejé de escribir de mi vida y sin ti, pero después comprendí que la poesía
Era algo más, un momento de sentimiento y pensamiento que, aparentemente
Catártico, se introducía en el sinsabor de la vida diaria, dándole forma desde
Mi experiencia. En ese sentido, siempre fui poeta, siempre cree una sensación
Imaginaria de lo que soy, que soportaba mis fracasos o mis triunfos, mis alegrías
O mis tristezas. Siempre perdí a todos los que amé, seguí porque pensé que
Lo único que nos depara el mundo es seguir hasta que uno no pueda más.
Sin embargo, ¿quién decide eso? Intento ahora decidir cuando no puedo más.
Llegué al punto más álgido de mí mismo creyendo en mí, creyendo en el diablo
Y en el hombre. Pero nunca pensé en mi madre o en Helen, realmente. Siempre
Pensé en mí y en el hombre. Ahora me doy cuenta que eso es otra forma de
Constituirme como ser-hombre. Lo niego todo, niego mi poesía y niego mi ser.
Ahora soy nadie, no me constituiré como algo. Seré nadie a partir de este momento
Me dedicaré a reconstruir mi poesía que es yo, sin categorías, sin rol, sin función,
Sin lugar en la estructura. Bueno, dentro de la jaula del lenguaje, pero pensando
En un gran afuera que me salve de la vida de ser quien soy, de lo que pensé
Y de lo que siento, de lo que recuerdo, de lo que me duele, de lo que perdí, de ti.
Sólo me acordaré de ti, cuando dejé de estar, cuando no sea nadie, sólo tú
Estarás siempre, en mi pensamiento, en mí. Ahí estaré esperando eternamente,
En el discurso del cual soy esclavo y al cual puedo agarrarme tan fuerte como
Para nunca dejar de existir. Te amaré a pesar de mis errores, de la violencia
sinsentido, inconsciente, consciente de ser yo. Me siento traicionado porque
Trabajé mucho para tratar de ser alguien que no era yo, y aún así estoy
Otra vez, a las cinco de la mañana, con ganas de morirme, escribiendo en mi
Viejo sillón, con ganas y sueños absurdos, pero con más dolor, con peor aspecto,
Con ganas de verte, de sentirte, de que estés aquí, a mi lado, por última vez. Tener
Nuestra última cena, nuestro último abrazo, nuestro último “te amo”. Verte ir
nuevamente, pero estar bien, que tú estés bien. Sin seguir, sin estar, sin sentir, sin
pensar, sin añorar-te.
Siempre te voy amar, es momento de no-estar-en-el-mundo. Seguiré con mi vida,
Haré las cosas que tengo por hacer. Seré un escritor, un antropólogo, no tendré dolor
Algún día, cuando acepte lo que pasó. Pero siempre estaré en estas palabras, ahí
Estará mi verdadero yo intentando no estar, no ser, y ser, a la vez, como poeta, como
Dios. No quiero seguir pensando en ti. A pesar de no estar, seguirás dentro mío.
Ojalá nunca nos encontremos.
¡Yo también creo que es hora de irme al gran azul! Donde me esperan mis seres amados,
Los que no están a la hora de la cena, aquellos que para mí siempre estuvieron, porque
Los llevé en mis recuerdos y mi constitución. A pesar de eso, es momento de irme, de
Ser yo mismo quien se defina a través de su práctica política. Ese es mi mundo en el
Cual estaré aunque jamás esté aquí mi real yo. Gracias por todo, hasta luego, te deseo
Lo mejor, te amo por siempre, disculpa mi irresponsabilidad, disculpo la tuya. Te veré
En la espiral pérfida de nuestros recuerdos juntos, de mis recuerdos de ti, de tus recuerdos
De mí. Te veré siempre sin que realmente estés aquí.
Adiós.
Comentarios
Publicar un comentario