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Mostrando entradas de abril, 2020

La revolución del proletariado

Ahora sólo me queda la soledad, el recuerdo de   Mejores tiempos, de ti, de mí juntos. Pero lo mejor De esta soledad no es tu ausencia, ni extrañarte,   Sino recordar quiénes fui, mis yo divididos, no como Un ente unido. Mis yo tienen algo en común, clamaron Revolución. Recuerdo que desde que tenía 15 años Grité pasionalmente mientras llovía. Yo me paré en   Ese instante debajo del cielo y grité, me gusta gritar. Gritaba un A, luego lo dejaba sostenido para jugar Con la emoción de él. Esos significantes tenían como significado ser revolucionarios. Grité que estaría ahí el día que todo se fuera lejos, que Se acabara el mundo como lo conocías, que intentaría   Llegar a ese   lugar de libertad, pero estaba lejos.   Ahora me doy cuenta que estoy más lejos aún, me hago Viejo, el mundo que juré nunca me consumiría me consumió. Me enterró con sus garras en la tierra que ellos privatizaron.   Los maldigo porque si envejezco...

Te veo en el gran afuera

Recuerdo a veces que te extraño, estabas aquí En mis pensamientos. Entonces, lloro por dentro, Por fuera sonrío siempre. El mundo agoniza y yo Disfruto de la muerte y el sinsentido. Pero es que Nada me importa sin ti, sin nosotros juntos. Yo sí creí en nuestros días “buenos”, en la familia Con una casa que comprar, una bonita mascota Y un carro. Solamente me quedé con un libro en las Manos y ahí viví, aprendí y es lo que me responde hoy. Tú te fuiste, mentiste en aquella noche como yo le mentí A esa niña de 16 años. No tenías que tratar de destruirme. Todo aquel   a quien Confié en esta época me traicionó. Me di cuenta que   Sigo solo, con mi poesía, mis ideas y yo. Siempre me   Quise acercar a ustedes, ser con el mundo porque Los amaba y me decepcionaron. Robé, hice lo peor   Del mundo buscado a Satanás, seguí. Me recuperé de ti, de todo el dolor, de mí mismo. Seguí, sin ti, sin mí...